Según reza textualmente un artículo del ABC de fecha 10/04/2015, “Seis de cada diez españoles no saben inglés, pese a que después de las matemáticas, la mayoría considera que dominarlo es lo más valorado en la formación de una persona. De hecho, el 65% estima que su conocimiento es muy importante.”

Como adultos, todos hemos experimentado la frustración de aprender una lengua que no sea la materna. Según Glenn Doman:” No hay un acto intelectual más difícil para un adulto que aprender un idioma extranjero”.

Sin embargo, el mismo aprendizaje resulta “fácil” para los niños. ¿Por qué?

1. SON COMO “ESPONJAS”

Los niños nacen con una curiosidad natural por aprender, porque necesitan entender el mundo que les rodea, comunicarse con él.  Es el momento en el que están más receptivos para realizar cualquier aprendizaje; como se suele decir, “son esponjas”.

Científicamente diríamos que es el momento en el que se forman todas las conexiones sinápticas entre las neuronas de su cerebro que serán las vías por las que circule la información el resto de su vida.

2. SU GRAN AGUDEZA AUDITIVA

Los niños tienen una gran agudeza auditiva desde que nacen para discriminar determinados sonidos. Esta habilidad se va perdiendo con la edad, (igual que la habilidad para nadar que tienen los bebés recién nacidos) de manera que, si aprendemos un idioma de adultos, nunca vamos a hablarlo con la misma corrección, pronunciación y fluidez que si lo hubiésemos aprendido en la infancia.

3. SIN MIEDOS

Los niños se arriesgan. No temen equivocarse ni tienen prejuicios.  No les da vergüenza hablar en otro idioma porque también están aprendiendo a hablar en su lengua materna. A los adultos nos avergüenza no hablar bien en otro idioma que no dominemos, a los niños no. Por ese mismo motivo, su pronunciación es tan extraordinaria.

4. TOLERANTES

Proporciona mayor tolerancia hacia otras culturas. Los niños que se acostumbran a oír y a comunicarse en diferentes lenguas desde la infancia desarrollan una mayor capacidad de tolerancia y empatía. Para los niños el idioma nunca es una barrera.

5. REGISTROS EN EL CEREBRO

Los registros y estructuras de un idioma que haya aprendido en la infancia permanecerán para siempre latentes en su cerebro, de manera que, aunque pasen los años sin la oportunidad de practicar un idioma, cuando lo retome, recuperará esos registros.